domingo, 2 de agosto de 2009

TIPS PARA VOLAR LOW COST


Las aerolíneas low cost (de bajo costo) irrumpieron en los aeropuertos europeos con tarifas muy tentadoras, que en muchos casos hasta parecen irrisorias, como tramos por 30 o 40 euros con impuestos incluidos o hasta, si hay promoción, un poco menos.

Una aerolínea de bajo costo o aerolínea low-cost es una aerolínea que generalmente ofrece bajas tarifas a cambio de eliminar muchos de los servicios tradicionales a los pasajeros. El concepto surgió en los Estados Unidos antes de extenderse por Europa a principios de los 90 y de ahí al resto del mundo. Originalmente el término era empleado dentro de la industria de la aviación para referirse a compañías con costos de operación bajos o menores que los de la competencia. A través de los medios de comunicación de masas su significado varió y ahora define a cualquier aerolínea en la que se requiere poco dinero y la que da servicios limitados.

El sistema se basa en reducir costos en el servicio: sin comida a bordo ni auriculares ni oficinas de ventas en cada esquina. Todo se gestiona online: reserva de pasajes, compra e impresión del boarding pass. Y en los casos que se realicen en oficinas de venta, se paga extra por esa atención personalizada.

En marzo de 2009, durante mis vacaciones, pude observar en el mostrador de la aerolínea low cost Ryanair del aeropuerto Schoenefeld de Berlín, pude ver cómo un grupo que estaba delante de mí en la fila pagó más de 250 euros por exceso de equipaje (y con regateo mediante, porque la suma era mucho mayor). Lo que no te sacan por un lado te lo sacan por el otro, repetían una y otra vez, a modo de consuelo, mientras pagaban la suma, más cara que los pasajes.

Easy Jet, Ryanair, My Air y Clickair-Vueling (recientemente fusionadas) son, entre otras, las buenas alternativas para viajar por bajo costo por el Viejo Continente.

Pero para que lo barato no salga caro es prudente estar atento a esos pequeños detalles que a último momento obligan a un desembolso extra y en euros... Porque muchas veces se hace un negocio redondo con las low cost y en otros casos no se adaptan a las necesidades. Por ejemplo, cobran carísimo por cambiar fechas y horarios.

A diferencia de las aerolíneas regulares tienen un sistema de facturación bastante particular, donde uno, como en un local de comidas rápidas, va sumando servicios adicionales y agrandando el combo... (y la tarifa final, obviamente).

Por ejemplo, como Ryanair no asigna asientos se puede pagar una tasa de 3 euros que da prioridad en el embarque y así lanzarse primero a la cabina para elegir el lugar deseado.

Vueling, en su caso, invita a pagar un plus de 13 euros para volar en asientos XL, que no son otros que los próximos a las salidas de emergencia, con más espacio para las piernas.

Easy Jet ofrece las comodidades de la sala VIP, a la que habitualmente acceden en forma gratuita los pasajeros de business de las aerolíneas tradicionales, por 25 euros por persona, con un máximo de permanencia de dos horas y media.

Seguro de viaje

Otro ítem que ofrecen y que aumenta considerablemente el precio del pasaje es el seguro de viaje, muy recomendable, porque no venden viajes con conexiones, sólo punto a punto, y si se pierde el vuelo siguiente no se responsabilizan.

Check in

También hay que estar atento a hacer el check in por la página Web, porque llegar al aeropuerto sin el boarding pass y pedir una reimpresión tiene su costo (alto, por cierto).

Equipaje

Pero si algo hay que leer, si es posible con lupa, es la letra chica en el apartado del equipaje. Porque cada valija que se despacha hay que pagarla por antelación en el momento de hacer la reserva, ya que después cuesta más cara. Cada maleta facturada online cuesta alrededor de 10 euros, pero tienen un máximo de peso muy acotado y sólo se puede llevar un equipaje de mano pequeño.

En Ryanair permiten 15 kilos (pagados con antelación, a 10 euros), que podrán ser suficientes para alguien que viaja por pocos días de una ciudad europea a otra, pero para los que cruzamos el Atlántico por muchos días, compramos souvenirs en cada ciudad y siempre cargamos algo de más por las dudas es realmente muy poco.

Cada kilo de más cuesta la módica suma de ¡15 euros! En ese caso conviene desdoblar el equipaje y despachar dos maletas, porque por bulto extra (hasta 15 kilos) cobran 20 euros, pero uno se entera en el aeropuerto, cuando es demasiado tarde para salir a comprar una valija nueva.

Snack de a bordo

El snack de a bordo, obviamente, se paga. Ofrecen la revista gratuitamente, pero se retira antes de llegar a destino.

Por lo demás, un vuelo como cualquier otro y con el premio de llegar antes. Cuando aterrizamos en Marsella, después de una hora y pico de viaje, unos acordes victoriosos sorprendieron a los pasajeros: el capitán anunció a viva voz que el viaje había durado quince minutos menos de lo previsto. Un 10 en puntualidad.