viernes, 18 de julio de 2008

TRABANT - Alemania

El Trabant es un automóvil de bajo costo producido por el fabricante VEB Sachsenring Automobilwerke Zwickau, Sajonia. El nombre Trabant significa en alemán "compañero viajero"; popularmente se le llamaba Trabi. Fue uno de los coches típicos de la Alemania comunista. También lo llamaron "bujía con techo" debido a su simplicidad. Sin embargo, en la República Democrática Alemana esperaron durante años para poder comprar uno.

Fue en su tiempo el vehículo más común en la R.D.A. siendo también exportado a otros países inclusive fuera del bloque comunista. Este sedán es a día de hoy una pesadilla mecánica con unos niveles de polución impensables, pero a pesar de no tener el gancho del Mini Cooper, cuenta con una pequeña legión de fans enamorados de su carrocería de plástico.

El 7 de noviembre 1957 se fabricaba el primer modelo de esta factoría automovilística procedente de Sajonia. La firma Trabant ha significado el despertar en la revolución rusa, la locomoción competencia de Volkswagen a partir de los años 50 en la República Democrática de Alemania y muchas cosas más. Después de poblar durante décadas Sajonia, Rusia y Alemania, hasta el 30 de abril del año 1991 se vendieron más de 3,5 millones de unidades.

CARACTERÍSTICAS

Con 3,37 metros de largo, 1,5 metros de ancho y 1,4 metros de alto, el Trabi fue el primer medio de transporte para miles de familias germano-orientales durante años, a pesar de su incomodidad y escasez de prestaciones.

Los añorados Trabant olían a combustible -mezcla de gasolina y aceite-, y su nivel de carburante se medía con el infalible sistema de levantar el capó, desenroscar el tapón del depósito y meter una varilla para controlar el consumo.

Con un motor de dos cilindros y 22 caballos, se produjo casi sin modificaciones significativas durante treinta años, dado lo barato de la producción, manteniendo su insólita carrocería, que ni se reblandecía con la lluvia ni se oxidaba pero que, en caso de colisión, se resquebrajaba.

El tierno Trabi fue una eterna fuente de chistes y contradicciones incluso en el aspecto medioambiental ya que, por un lado, emitía cinco veces más dióxido de carbono que cualquier otro utilitario pero, por el otro, fue el primer coche fabricado, en gran medida, a partir de material reciclado.

Los Trabis, que muchos germano-orientales cambiaron a la primera de cambio por un moderno coche occidental tras la caída del Muro de Berlín (1989), sigue recordándose con nostalgia por los antiguos germano-orientales como emblema de la cara amable de la RDA, junto con los puestos de trabajo vitalicios o las guarderías gratuitas.

Su carrocería era de fenoplast (resina fenólica) y su motor, de dos cilindros a dos tiempos. Contaba con espacio para cuatro adultos y equipaje, era compacto, rápido, ligero y durable.

De los pocos modelos de automóviles a los que los alemanes del este tenían acceso, el Trabant era el más barato. Para adquirir un Trabant había que apuntarse en una lista y esperar hasta 10 años... o acudir al mercado negro. Actualmente circulan cerca de 52 mil por las carreteras alemanas.

Pequeño, incómodo y lento pero, al mismo tiempo, entrañable y asequible para los bolsillos obreros, con un precio de 4 mil marcos, el Trabant se convirtió en el primer utilitario para generaciones de alemanes que crecieron en el lado oriental del telón de acero.

Se dejó de fabricar en el ya citado 1991, luego de que su producción se volviera insostenible y dependiera de subsidios del gobierno Alemán.